En un entorno global donde la innovación marca el ritmo de los mercados, las acciones de crecimiento se convierten en protagonistas. Este artículo ofrece un enfoque integral para entender sus características, ventajas, riesgos y las mejores estrategias para aprovecharlas.
Las acciones de crecimiento representan compañías que se espera crezcan a un ritmo superior al promedio del mercado. Su potencial significativo de ganancias de capital radica en la reinversión constante de beneficios en desarrollo de productos, expansión geográfica y adquisiciones.
Por lo general, estas empresas no distribuyen dividendos, ya que destinan los recursos a investigación y a expandirse en nuevos segmentos. Suelen tener ratios precio/beneficio (PER) elevados y, en algunos casos, beneficios negativos en el corto plazo, reflejando la apuesta por el valor futuro de sus proyectos.
Se asocian con sectores innovadores como tecnología y robótica, aunque también aparecen en salud, energías renovables y comercio electrónico. El riesgo principal surge si los resultados no cumplen las expectativas, lo que puede derivar en caídas bruscas del precio de la acción.
Para comprender mejor las diferencias, a continuación presentamos un resumen comparativo:
Mientras las acciones de valor buscan estabilidad y flujos de caja inmediatos, las de crecimiento apuestan a la creación de valor a largo plazo, asumiendo mayor volatilidad.
En 2024, el crecimiento anual superior al promedio del mercado de las principales tecnológicas se ubicó entre el 15% y el 35%, frente al 5%–10% del mercado global. Empresas como Apple, Tesla y Nvidia lideraron estas subidas.
Durante 2023, Tesla, Amazon y Nvidia registraron revalorizaciones superiores al 50% anual en ciertos trimestres. La volatilidad se evidenció en Meta Platforms, que cayó casi un 60% en 2022 y recuperó buena parte de ese valor a principios de 2024.
Para seleccionar las más prometedoras, considera los siguientes indicadores:
Entre los beneficios más destacados se incluyen:
Son ideales si buscas ampliar tu cartera con un enfoque de largo plazo y tolerancia a la volatilidad.
Sin embargo, también presentan desafíos:
Para mitigar estos riesgos, es fundamental diversificar y ajustar periódicamente la exposición.
Este tipo de inversión encaja en un perfil de inversor con alta tolerancia al riesgo y horizonte de largo plazo. Para optimizar resultados, sigue estas estrategias:
Los sectores con mayor proyección son:
1. Tecnología: artefactos inteligentes, inteligencia artificial, cloud computing.
2. Salud y biotecnología: terapias genéticas, telemedicina.
3. Energías renovables y movilidad eléctrica.
4. Comercio electrónico y servicios digitales.
Entre los casos más destacados se encuentran:
Tesla, Amazon, Nvidia, Mercado Libre, Shopify, Moderna y Adyen, todas con revalorizaciones anuales que superan el 40% en los últimos dos años. En Latinoamérica, startups como Nubank, Kavak y Bitso han mostrado un rápido ascenso tras rondas de financiación millonarias.
Estos ejemplos ilustran cómo la innovación y la adaptación a nuevas demandas pueden traducirse en oportunidades de inversión atractivas.
La mayoría de los expertos coinciden en que el ciclo de innovación continuará impulsando a las «growth stocks», aunque con mayor selectividad tras el auge de los últimos años. El entorno de análisis de perspectivas macroeconómicas y políticas monetarias cobra relevancia, ya que las tasas de interés pueden afectar negativamente las valoraciones.
Para concluir, invertir en acciones de crecimiento ofrece la posibilidad de alcanzar resultados excepcionales, pero requiere disciplina, investigación constante y un enfoque a largo plazo. Evalúa cada compañía con detenimiento y mantén un plan claro para gestionar riesgos y aprovechar al máximo su potencial.